El delta del Ebro podría desaparecer mucho más rápido de lo que pensamos
“El delta del Ebro desaparecerá mucho más rápido de lo que pensamos”, ha advertido el profesor Emérito de Análisis Económico en la Universidad de Zaragoza Pedro Arrojo durante su intervención en el encuentro “Los procesos de Planificación Hidrológica en la península ibérica e islas en un contexto de cambio climático”, que se celebra del 11 al 13 de septiembre en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.
Según el experto, galardonado con el Premio Medioambiental Goldman (2003), esta desaparición acelerada se justifica por la suma del crecimiento del nivel del mar y la subsidencia -hundimiento- no compensada del delta. “Un delta es una gran esponja de segmentos que por su propio peso tiende a compactarse”, ha detallado Arrojo, quien, además, ha lamentado que actualmente las masas de flujo sólido se han “colapsado”, provocando “un problema muy grave”.
“Tenemos que pensar algo. Es muy importante porque afecta a la costa, donde tenemos mucha población viviendo y muchos recursos económicos”, ha alertado el especialista.
Durante su ponencia, que ha girado en torno a La necesaria transición hidrológica frente al cambio climático, Arrojo ha subrayado que, aunque “los trasvases tienen su función, para la sequía no tienen utilidad porque las sequías no son locales, sino regionales”. “Los trasvases son herramientas inútiles”, ha reiterado.
En esta línea, el ponente ha insistido en que construir presas “no tiene sentido”, puesto que “el problema” es que no hay agua. “Este es el país del mundo con más presas, para lo bueno y para lo malo. Hacer una nueva oleada de grandes presas con un 24 % menos de agua, es como regalarle a un pobre un monedero”, ha expuesto Arrojo.
Por otro lado, el físico ha reivindicado la importancia de las aguas subterráneas, apuntando a la necesidad “mantener la salud de los acuíferos”. “La sobrexplotación de los acuíferos es la clave de nuestro futuro”, ha destacado, criticando, la “gran cantidad” de pozos ilegales que hay en España.
“Son los principales pulmones hídricos, mucho más que los embalses”, ha aseverado el experto. Según ha trasladado Arrojo, sí se puede sacar agua de ellos, pero teniendo en cuenta que, cuando no haya agua, deben ser “las piezas fundamentales de resistencia para nuestra supervivencia”.
Sostenibilidad frente a dominación
“No solo necesitamos nuevas tecnologías, necesitamos algo más profundo, un cambio de cultura, de ética, de principios, de paradigma con la sociedad a la hora de gestionar el agua, que es el alma azul de la vida”, ha sostenido el catedrático. De esta forma, Arrojo ha defendido un nuevo paradigma de sostenibilidad, frente al que ha existido durante los últimos años caracterizado por la “dominación de la naturaleza”.
Para el experto, “hasta ahora el objetivo era dominar los ríos y ponerlos a nuestro servicio. El mejor río era el que no llegaba al mar, el que no perdía agua en el mar”. “El río es un ecosistema vivo”, ha valorado, sugiriendo así, “pasar de una visión de recursos a una visión sistémica” que “hace sostenible” ese bien natural.
Asimismo, el galardonado con el premio Goldman ha abogado por el principio de precaución: “La incertidumbre ha servido para la inacción”. En este sentido, Arrojo ha señalado que “el problema no es ser optimista o pesimista”, sino “ver el abanico de plausibilidad” que se establece de acuerdo a las investigaciones científicas.
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